El blanqueamiento dental está diseñado para no dañar los tejidos dentarios, si se aplica correctamente. Las patologías previamente existentes que no se hayan diagnosticado, pueden agravarse. Además es frecuente que se produzca un aumento de la sensibilidad dental durante los días siguientes al tratamiento.

Los auténticos productos blanqueantes, deben usarse siempre bajo control profesional odontológico. De no ser así, su uso podría resultar en daños del tejido blando y del propio diente, además de otros efectos indeseados.

Depende de cada paciente, sus hábitos, las características de su boca y su salud general. La frecuencia entre limpiezas debe ser pautada por el odontólogo.

Los pacientes deberían revisarse, al menos, una vez al año, en ausencia de patología. Es posible que el odontólogo recomiende visitas más frecuentes dependiendo de cada caso concreto.

Es una de las alternativas existentes para sustituir la pérdida de uno o varios dientes. Implica la colocación de una o varias piezas, normalmente de Titanio, que harán la función de raíz, sobre las que se construyen los nuevos dientes protésicos.

En principio sí, pero es imprescindible realizar un correcto diagnóstico de cada caso particular, ya que pueden ser necesarias técnicas adicionales, que permitan la colocación del implante en la posición correcta para su rehabilitación.

Un diente sano, siempre es mejor que un implante, pero en caso de pérdida de un diente, el implante puede ser la mejor alternativa. No obstante, no están exentos de sufrir problemas tanto a largo como corto plazo, ni de la necesidad de cuidados periódicos, tanto por parte del paciente, como del profesional, durante toda su vida útil.

El paciente que es implantado, debe comprender y asumir que necesitará revisiones y mantenimientos periódicos, que determinará el odontólogo en cada caso concreto.

En casi todas las ocasiones, el paciente se incorpora a su vida normal, el mismo día de la cirugía. En casos de cirugías más complejas, la reincorporación puede demorarse unos pocos días.

No. El sangrado de encías nunca es normal, ya que implica inflamación de las mismas. El paciente debería acudir al odontólogo para que este determine la causa del problema y su tratamiento.

Mantener una correcta higiene oral y acudir periódicamente al profesional dental. Ciertos hábitos, como el tabaquismo, influyen negativamente en la salud bucodental y contribuyen a empeorar estos problemas.